martes, 18 de enero de 2011

Subida al Garbí... por la canal.


Subida al Garbí por la canal, la verdad que cuando propuso Victor esta ruta no tardé mucho en pensármelo, tenía ganas de hacer algo de trail-running y valió la pena. Siempre había subido al Garbí por Náquera y Serra, en bicicleta 5 ó 6 veces y en coche otras tantas.

Quedamos el sábado por la mañana para dirigirnos al termino de Albalat del Tarongers, una vez aparcado el coche en el punto de partida donde indica el gps de Victor, nos preparamos para salir, hacemos unas fotitos y comenzamos a andar. No tardaríamos mucho en picarnos y a los 10 minutos empezaríamos con las primeras carreritas a trote. En cuanto el camino se estrechó y empezó a ponerse cuesta arriba decidimos mejor pasar al anda-running. Más tarde el running  cayó por su propio peso, y ya casi nos arrastrábamos,  los desniveles a los que hacía referencia el gps no eran para tomárselo a risa como hasta ahora. Ya notábamos las pulsaciones como se disparaban y apenas llevábamos 3 kilómetros.

Llegaba la parte complicada de la ruta, ni camino, ni senda, ni leches, quitando matorrales, atravesando por la maleza y subiendo montañas de piedra suelta, pero eso si eh! Siguiendo el gps de Victor.
 Kiko y yo poníamos cara de poker cuando llegamos al último punto de la ruta, pensando que había que dar un rodeo, el gps nos indicaba lo contrario, nos tiraba montaña arriba, ¡si es una pared! ¿donde está el canal? Al final hicimos caso al maldito gps de Victor y tiramos por la canal hacia arriba, nos costó Dios y ayuda… y bueno unos cables de acero nos sirvieron de apoyo para subir, al final resultó ser una ruta, aunque ya lo ponía "ruta de difícil acceso y dificultad técnica" ya que algún buen hombre se había encargado de anclar desde arriba los cables para que resultase más cómodo subir. Casi una hora en la canal apartando ramas, pinchas y demás broza mediterránea que parezca que nazca a mala ostia, dieron para ver el refugio y la valla de piedra que hay en lo alto del mirador.

Una vez descansados en mitad del pico, nos hidratamos y le metemos calorías al cuerpo divisando el paisaje en absoluto silencio, ¿bajamos?…pero esta vez por sendas marcadas hasta el pueblo de Segart, y ya desde allí un paseito de running de 5 kilómetros hasta el coche.