jueves, 23 de diciembre de 2010

Media maratón Picanya-Paiporta (¿a quien le importa?)

Pesadilla antes de Navidad...

Como si de una película se tratase, la media maratón de Picanya-Paiporta se convirtió en una pesadilla para más de uno; de las pruebas más exigentes del circuito valenciano, no por la dureza en si, sino por el estado físico en el que llegas al tramo final del año.
A ello le sumamos el catarro que me tuvo una semana sin hacer ni un kilómetro, solo que toser por las noches y dejarme muy débil. Si es que enfermo no se puede ir a correr.... creo que deberiamos habernos quedado en casa.
Bueno...a la carrera, el día salió de estos malos, no. Lo siguiente. Lluvia, frío y poco ambiente. Sabiendo a lo que íbamos comenzamos a trotar a un ritmo suave, suelo mojado y resbaladizo por unas calles muy estrechas, ya me sentía incómodo en los primeros kilómetros y opto por decir a Peter y a Kiko que no me esperen, era el km.3 y ya sabía que no iba a acabar la carrera, ellos muy voluntariosos deciden esperarme y aflojar el ritmo, les aguanto hasta el km.7 en el que Peter decide tirar y dejarnos a Kiko y a mi solos, poco aguantaría con Kiko porque ya en el Km.8 lo pierdo y corro solo, no me preocupaba, no paraba de toser, y no tenía fuerzas, me estaba ahogando constantemente y pararía una vez completada la primera vuelta al circuito. En el km. 10,5 paso por meta en un tiempo de 56' y pico.
Ahi me quedé, el valiente de Kiko aguantó las inclemencias del tiempo porque 5' más tarde caería un chaparrón de los que te calas hasta los calzoncillos.
Finalmente entró a meta con un tiempo bastante aceptable, después de todo lo ocurrido. No pudo bajar de tiempo pero creo que nadie haría su mejor marca.
Que decir tiene, que a esta carrera no creo que volvamos nunca más, el circuito horrible, entre campos y huertas, 5 clases de pavimento, polígonos, desniveles, mala organización, avituallamientos mal medidos, en fin... que la corran ellos. A mi ya no me ven más por alli.