viernes, 29 de octubre de 2010

Carlota: siguiendo los pasos de mi papi

Si es que parece que fue ayer cuando mi madre me traía a este mundo ese caluroso 26 de agosto de 2009, y mirarme ahora, aqui estoy hecha una nadadora.


A los 6 meses mis papás decidian apuntarme a clases de natación, yo! sin saber dar un pasito todavía!
 Mi papi me acompañaba la mayor parte del tiempo en el agua, aunque a veces me dejaba con un monitor. Aprendí a familiarizarme con el medio acuático, mediante breves ejercicios y constantes juegos.
 Antes de hacer el añito, el 02-08-2010 participaba en mi primera travesia al Port de Moraira de 30mts. 
siendo la participante más pequeña y consiguiendo mi primera medalla, aunque fuese con la pequeña ayuda del papi.

Y ya el pasado mes de septiembre empezaba mi segunda temporada en piscina, "la supervivencia en el medio acuático" oia que decian monitor y papi. Algo más dura que la anterior y que refleja que no siempre se va a disfrutar a la pisci,  ahora me tocaba sufrir un poquito.
Pues este ha sido un dia de piscina, la parte que más me gusta es cuando el papi me lleva a la ducha  calentita y me envuelve con mi toalla, acto seguido me pone el pijama y nos vamos a casa a cenar y a dormir.

jueves, 21 de octubre de 2010

Crónica Travesia "La Bocaina"

Suena la alarma del teléfono, 6:00AM, salgo a la terraza de la habitación, preparo el neopreno, el bañador,  las gafas, el gorro, la vaselina…como si de un ritual se tratase, miro al cielo, parece que no tendremos problemas, alguna nube baja pero sin mayor riesgo de precipitaciones. Le digo a Lucía que ahora subo, no me hace mucho caso, está apurando sus últimas horas de sueño.
                            
Bajo a desayunar con los demás nadadores que habíamos quedado a las 7:00, algunos llegamos a las 6:45, un poquito de pan, mantequilla y pechuga de pavo, pasas y frutos secos, zumo de naranja y como no podía falta el plátano canario.
Se va acercando el momento y comienzan los primeros nervios, subo a la habitación y me coloco el traje hasta la cintura, bajo a la playa con todo el equipo y comienzan a nombrar a los nadadores para pasar a la zona restringida de salida. Impresionante el despliegue; barco de salvamento, helicóptero, piraguas. Nos hacemos las últimas fotos, tocamos el agua para conocer la temperatura y nos avisan de que nos quedan 5 minutos.
Son las 8:30AM tras la cuenta atrás nos damos ánimos unos a otros y empieza en Playa Blanca la travesía de La Bocaina.

Primeros metros se me va acoplando el traje al cuerpo, voy cómodo en los primeros puestos, dando la sensación por momentos de que voy tirando del grupo, miro para atrás cada 200/300 metros por si se descuelga alguien, parece que vayamos un poco fuerte, nado al lado de Roberto, Josep y Noemí todo el rato. No dejamos de ver fondo, un montón de peces, algunos de tamaño considerable, Vicente y Jose en la parada de avituallamiento nos dicen de haber visto un tiburón martillo, yo no lo diferencié porque mis gafas estaban un poco empañadas pero era grande. Llevamos 1 hora nadando, calculo que sobre 3,5 km y deseando que llegase el primer avituallamiento ya que la primera parada estaba estipulada por la organización a la 1:40’ de nado. Empiezan mis peores presagios el hombro empieza a dolerme un poco y como en Sitges hace dos semanas me temía lo peor, maldita tendinitis. Hacemos la parada, tomo plátano, isotónico y me tomo el primer gel, comentamos que vamos un poco rápido con otros nadadores, le comento a mis compañeros de Valencia que me estoy resintiendo del hombro, me animan y me aconsejan que me marque un ritmo y que no me quede solo, que me coja a cola, pasan los 5 minutos de rigor del avituallamiento, empezamos a nadar y veo como me van pasando nadadores entre ellos Pepe, me veo que los tengo a tiro de piedra pero no logro engancharme a ellos, llega el calvario,  nado solo cerca de media hora, paro y miro hacia atrás, veo un grupo de 3 nadadores y reconozco a Sandra (que maja esta catalana) le comento que me duele un poco el hombro y me planteo abandonar; me dice que sigamos un poquito en grupo, se acerca otro nadador y es Rafa, le digo que se una a nosotros, después de beber y tomarme otro gel continuamos, marcamos un ritmo suave pero conciso, perdemos a Rafa y el otro nadador empieza a hacer “eses”. Sandra continua marcándome el ritmo, creo que fue clave para no abandonar, el hombro me duele pero intento pegarme a ella, la voy perdiendo poco a poco y veo que empieza la batalla psicológica, por si no era poca la física. Nado, nado y sigo nadando parece que Fuerteventura se aleje en el horizonte, sigo nadando pero mi cuerpo me pide una tregua, paro, nado, vuelvo a parar y se acabó…levanto la mano para abandonar, no puedo más, me acuerdo de mi mujer y lo que me decía, “si no puedes más para” me viene a la cabeza mi hija, pensando que estará haciendo, mis amigos que tantos ánimos me han dado, compañeros de trabajo. A medida que se va acercando la barca de salvamento a recogerme me pongo boca arriba haciendo el muerto y grito de rabia, el chico de la piragua que me guiaba se me acerca me da isotónico, una chocolatina, después de comentarle de donde era y conversar del estado de la mar, de cuanto quedaba,  me dice de bajarme el neopreno y que pruebe a nadar con el atado a la cintura, se acerca la barca de la organización y me piden el dorsal y gorro, a lo que les contesta mi piragüista que solo me lo iba a bajar, quitárselo es motivo de descalificación, así que le hago caso, la barca sigue de cerca mis movimientos, me dan un aviso con el megáfono, y mi piragua me anima y dice que va a marcarme las trazas rectas pero que el estado de la mar le puede hacer volcar así que se puede desviar para que no le entre la corriente de lado, empiezo a seguirle, el tío no para, “vas de lujo valenciano, ese es el ritmo”, “vamos, vamos ,vamos”. Consigo nadar a gusto, libre, el agua un poquito fresquita pero vamos, casi era de agradecer para mi hombro, sigo cerca de una hora sin parar, otro pequeño subidón empiezo a ver costa, pero se me hacen eternos los últimos 3 kms, veo el muro de hormigón del dique, mi piragua me ofrece más líquido, me dice que ya pasó lo peor, llevo 5h.30’ nadando y no me queda otra, ya no me planteo abandonar, solo quería llegar, veo el muro más cerca, 1km me gritan desde la barca, salen a mi paso 4/5 piraguas, última parada, bebida y comida a “tutiplé” me hacen una formación rodeándome para animarme y la corriente no se me lleve para ningún otro lado, me tiro mano del hombro izquierdo, me duele a rabiar, hago 3 brazadas con el derecho una con el izquierdo, a un buen ritmo miro el reloj y solo quedaban 20’ para el cierre de tiempos, ya está me gritan, a 30 metros delante de mi entra Elena, giro el espigón, la arena mas blanca y cerca de mi vista, veo el arco de meta en la playa, un poco más, mi piragua no se separa de mi, lo conseguiste…me grita, intento tocar tierra con el pie. Siiii… por fin estaba en la playa de Corralejo (Fuerteventura), le doy la mano a mi piragua, le digo que sin él, no lo hubiera conseguido, salgo algo mareado del “vaiven” de casi 7 horas, veo a Lucía, y a todos mis compañeros de Valencia, me dan la enhorabuena, paso el control de tiempos y empiezo a asimilar el subidón mientras devoro trozos de naranja a la sombra con la compañía de Lucia, ahora si que echaba de menos a mi hija Carlota. Lo había conseguido, era un “finisher” de La Bocaina 2010.

Pues esta ha sido la crónica de la travesía a nado entre Lanzarote y Fuerteventura,  una experiencia con el mar impresionante, la más dura con diferencia hecha hasta ahora, fuertes corrientes, agua fría, y una distancia final de 17,400kms según los gps de nadadores y organización.

Enhorabuena a los “finishers” y mi total apoyo y reconocimiento a aquellos nadadores que por un motivo u otro han debido abandonar o han sido pescados por la barca de la organización después de haber nadado cerca de 6 horas. Para mi sois igual de campeones.

Mi enhorabuena a la organización, a veces un poco estrictos, pero cuando velan por la seguridad de tanta gente no cabe otra forma de actuar, a los piragüistas de apoyo un sobresaliente, a mi guia en particular que supo darme fuerzas cuando más las necesitaba y me alentaba para no abandonar.

A mis amigos pendientes del teléfono el día de antes, a los miembros de la Hermandad del Cristo de la Palma, siempre pendientes de lo que haga su Hno.Mayor (aquí teneis la crónica) y a mis compañeros de trabajo por tener siempre el monotema de la natación.

También a mis nadadores Elena, Noemí, Eduardo, Pepe, Josep, Roberto, Vicente y Rafa, como no a Hector y Javier, y mención especial a sus mujeres que hicieron un viaje muy agradable,  a Tri-Sport Patacona por su colaboración en las camisetas, a esa peñita de Barcelona con Robert “makinón” Mayoral, (dándolo todo en la competi y en las pistas con las guiris) Jose y Meritxell y mi salvadora Sandra que tiró de mi cuando más agonizaba. A todos vosotros, gracias, no olvidaré esta bonita experiencia.

A mis padres, hermana, suegros y “cuñao” por despreocuparme unos días de lo que más quiero; a Carlota, que espero algún día volver a Lanzarote y decirle “hasta aquella isla que casi ni se ve fue el papá nadando”  y a mi mujer Lucía por la paciencia  y el tiempo que le he robado para preparar esto tan bonito que solo algunos privilegiados tenemos el placer de sentir y vivir.